22 de agosto de 2013
Cuando se va un amigo sólo queda la tristeza y un terrible vacío en el alma y en el corazón. Los rostros desolados, atravesados de lágrimas, vienen acompañados de una gran desilusión. De recuerdos y vivencias en las que participamos en el pasado, y de muchos momentos que no volverán a ser. Es difícil aceptar que te has marchado y que ya no te volveremos a ver. Es como si nos desprendiéramos de una parte de nosotros mismos y mirásemos al futuro con incertidumbre. Fuimos algo inocentes al pensar que eras eterno y que jamás te veríamos partir.
Adiós buen amigo en este día de verano que nunca olvidaremos. Y sigue con nosotros todos los Viernes Santos por la mañana para la procesión de Nuestro Padre Jesús Nazareno del que seguro estás a su vera.
Viva Nuestro Padre Jesús, Vivan los moraos.
Adiós Juanjo.
Extracto de Facebook El Nazareno de Cehegin